Revista Magazin

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NÚMERO 49 / 96




Semana 49 / 96  Diciembre 7 de 2012

Directora
Alba Hoyos Botero

Asesor 
Bernardo A. Rendón Restrepo 
bernal.rendon@hotmail.com 

Editora
Myberose 
myberose@hotmail.com 

Colaboradora Estudiantil
Antonia Posada Sánchez

Enlaces

* RECORDEMOS SIEMPRE QUE     …        

"Bien sabido es que la ambición tanto puede volar como arrastrarse." Edmund Burke 

"Para que el mal triunfe basta con que los hombres de bien se queden cruzados de brazos."  Edmund Burke

"Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada". Edmund Burke 

* ACTUALIDADES          

TIEMPO DE ADVIENTO

El significado de la expresión “Adviento” comprende también el de visitatio, que simplemente quiere decir “visita”; en este caso se trata de una visita de Dios: él entra en mi vida y quiere dirigirse a mí.
En la vida cotidiana todos experimentamos que tenemos poco tiempo para el Señor y también poco tiempo para nosotros. Acabamos dejándonos absorber por el “hacer”.
¿No es verdad que con frecuencia es precisamente la actividad lo que nos domina, la sociedad con sus múltiples intereses lo que monopoliza nuestra atención?
¿No es verdad que se dedica mucho tiempo al ocio y a todo tipo de diversiones? A veces las cosas nos “arrollan”. (Benedicto XVI, 28 de noviembre de 2009)
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El tiempo de adviento es para que la humanidad salga al encuentro del Señor que viene.
Desde este punto de vista, el Adviento es más adecuado que nunca para convertirse en un tiempo vivido en comunión con todos aquellos --y gracias a Dios son muchos—que esperan en un mundo más justo y más fraterno. 
Este compromiso por la justicia puede unir en cierto sentido a los hombres de cualquier nacionalidad y cultura, creyentes y no creyentes. Todos de hecho están animados por un anhelo común, aunque sea distinto por sus motivaciones, hacia un futuro de justicia y de paz. 

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Opinión 
Es el tiempo de colocar pausa a la ajetreada vida donde se nos olvida la presencia de Dios en nuestras vidas

El Señor en su sabiduría nos dice que hay tiempo para cada cosa y este es el tiempo para tener un balance espiritual y la mejor manera es sentarnos unos segundos para evaluar cuanto hemos logrado con nuestro orgullo, nuestro egoísmo, con nuestra  incomprensión, con nuestra intolerancia, con nuestra ira e impaciencia y con toda la miseria que estamos generando día a día en el hogar, el trabajo, en nuestra la comunidad y pensar para donde vamos y que queremos, seguir o hacer un cambio.

Ya se nos olvido la sabiduría de los viejos, “nuestros viejos”   no lo de ahora que viven en soledad. “Nuestros Viejos”  los de antes, en su ignorancia o en su natural sabiduría,  nos enseñaron lo que era el adviento.
El primer día de diciembre era el inicio y preparación abuelos, tíos, primos, nietos, hermanos, cuñadas, trabajadores y los vecinos, todos empezaban la preparación al festejo ante un humilde pesebre. 
Digo humilde en comparación con todas las cosas de ahora, era echo entre todos, cada uno aprendía,  desde el más pequeño al más viejo se le preguntaban, aportaban y compartían ideas. Cada uno solo pensaba  en llevar algo bueno o bonito al festejo del Niño Dios.
Todo aquello que hubiera separado la familia se trataba de corregir por el “Espíritu de la Navidad” era el tiempo de pausa en las rabias, incomprensiones o de orgullos que separaban porque era tiempo del perdón, amor y unión.
 Antes esos viejos decían “los tiempos de antes eran mejor” y ahora entiendo el por qué de esa frase, se basaban en la esencia de estas festividades como era y se sentía: la  unión espiritual y fraternal entre todos.
Ahora cada uno busca donde estar  o  esperando donde lo invitan. Cual fiesta parece mejor (Mejor orquesta, mejor trago, más gente,  está de moda, etc etc).
En ningún momento piensan en la llegada del Mesías, solo abren la boca,  llena de pasa bocas y dicen “feliz navidad”,  sin importarles  el valor  de la Natividad de Jesús, solo están viendo los trajes, la música  la comida, , el licor y quien vino con quien para luego tener tema de conversación
Si Edmund Burke (1729-1797) escritor y pensador político irlandés  dijo en esa época: "El camino del espíritu humano es lento"   y    "El dinero es el sustituto técnico de Dios"    Pensemos … que diría en esta época  donde el materialismo reina los corazones  y  donde no nos importa la soledad y el abandono de los ancianos y niños; donde maltratamos,  torturamos  y  matamos sin miramientos a cualquier ser vivo  llenando de miseria todo el planeta;  donde reirá la lujuria,  el licor,  la drogadicción,  el nepotismo,  la corrupción y el egoísmo

El Advenimiento de Jesús  “El Cristo” debería llenar nuestros corazones de esperanza y agradecimiento ante su inmensa misericordia  y su eterno amor a pesar de nuestra indiferencia y comportamiento egoísta  para  con El  y  nuestro prójimo.
Con esa misma esperanza y agradecimiento al Jesús Niño les decimos a todos nuestros amigos y colaboradores que nuestros corazones sea la cuna perfecta para albergarlo a El  Que cuando este acunado nos llene de luz nuestro espíritu para ser mejor cada día.

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ORIGEN DEL PESEBRE O NACIMIENTO DE LA NAVIDAD
Por Luis R. Negrón Hernández, jr.
http://www.preb.com/navidad/pesebre.htm

El Pesebre  o Nacimiento, es una tradición introducida al Nuevo Mundo por los frailes, probablemente franciscanos, durante la colonización y evangelización ibérica a partir del siglo 15 y 16.  Los orígenes de esta costumbre de reproducir en imágenes el nacimiento de Jesús se remonta al siglo 13 por iniciativa de San Francisco de Asís.

Se dice que, mientras predicaba por la campiña de Rieti, Italia, le sorprendió el crudo invierno al humilde predicador que vestía con harapos. Se refugió en la ermita de Greccio. Era la Navidad del año 1223.
Mientras oraba rodeado de aquella paz del bosque y meditando la lectura del evangelista San Lucas, tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús en Belén. Construyó una casita de paja a modo de portal, puso un pesebre en su interior, trajo un buey y un asno de los campesinos del lugar e invitó a un pequeño grupo de ellos a reproducir la escena de la adoración de los pastores
La hermosa idea se propagó por toda Italia, luego a España y el resto de la Europa católica. En Nápoles, hacia fines del siglo XV, reprodujeron en figuras de barro a los actores del gran acontecimiento narrado por el evangelista San Lucas, en su capítulo 2, versículos 2 al 14, que dice:

En esos días, el emperador dictó una ley que ordenaba hacer un censo en todo el imperio.
Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de la Siria. Todos iban a inscribirse a sus respectivas ciudades. También José, como era descendiente de David, salió de la ciudad de Nazaret de Galilea y subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Cuando estaban en Belén, le llegó el día en que debía tener su hijo. Y dio a luz a su primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la sala común. En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. El ángel del Señor se les apareció y los rodeó de claridad la Gloria del Señor, y fueron presa del temor.
Pero el ángel les dijo: "No teman, porque yo vengo a comunicarles una buena nueva que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy ha nacido para ustedes en la ciudad de David un Salvador que es Cristo Señor. En esto lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron en torno al ángel y cantaban a Dios: "Gloria a Dios en lo más alto del cielo, y en la tierra, gracia y paz a los hombres".
Con la llegada de los frailes a las Américas en el siglo 15 y 16, reprodujeron las representaciones alegóricas del pesebre. En cada pueblo latinoamericano y en los territorios ocupados por España en los hoy Estados Unidos, fueron incorporadas variantes de la escena del nacimiento, acompañadas de villancicos alegóricos al pesebre, según la creatividad y los recursos de cada comunidad cristiana
La iglesia católica promovió las representaciones
Bíblicas del Nacimiento del niño Jesús dentro de los templos, hogares y lugares públicos, de modo que contribuyera a exaltar la devoción navideña.
La tradición tuvo tanto arraigo que con el tiempo creó un motivo artesanal y artístico religiosos, como lo fue en Puerto Rico con los santeros y sus tres reyes magos de madera. Actualmente, estas piezas son muy solicitadas y las más antiguas se exhiben en los más famosos museos del mundo.

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¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL ARBOL DE NAVIDAD?
Por: Ramón Talavera Franco
http://www.culturafronteriza.com/arbolnavidad.htm

LA LEYENDA
El primer árbol de navidad fue decorado con sangre. O al menos esa es una de las leyendas que se tejen en torno a este árbol que todas las navidades es colocado en la mayoría de los hogares de América y Europa. Esta leyenda  menciona que en la Alemania precristiana se realizaban dos ritos: el primero al Dios Odín ( “padre de todos” según la mitología escandinava). Su rito   consistía  en que un grupo de guerreros se reunía en torno al roble sagrado de Odín y a manera de tributo, ofrendaban las vidas de los prisioneros de guerra.
  El segundo rito estaba dedicado al Dios Thor, (hijo de Odín. Considerado como el más fuerte de todos los Dioses nórdicos). En su nombre realizaban una ceremonia con pencas de palma de doce hojas, cada una de las cuales representaba un mes del año. Al finalizar la ceremonia, encendían la punta de cada hoja y apilaban las palmas en forma de pirámide formando una hoguera en su honor.
  Pero estos ritos sufrieron un cambio importante a partir del siglo VII, con la llegada a Alemania de un monje que fue conocido como: San Bonifacio. Al darse cuenta de los sacrificios humanos que practicaban los nativos en el roble dedicado a Odín, San Bonifacio decidió usar un abeto para evangelizarlos a través de él. Aprovechando su forma triangular, logró transmitirles el concepto de la santísima trinidad  (Dios padre, hijo y espíritu santo). También, poco a poco consiguió que los nativos se convirtieran a la religión cristiana y que empezaran a venerar este abeto como el árbol de Dios, así como antes veneraron el roble como el Dios Odín.
  Según estas leyendas, estos fueron los primeros pasos para el nacimiento del “Árbol de navidad” que conocemos hoy en día, ya que es la primera vez que se usa como un ícono relacionado con la cristiandad. Pero, ¿cómo se transformó éste árbol en lo que es ahora?

PRIMEROS ÁRBOLES DE NAVIDAD

En lo que se refiere a su ornamentación, se afirma que fue Martín Lutero (1483-1546) quien “inventó” el árbol de navidad. Según la leyenda, una noche en la que Lutero regresaba a casa, observó que la luz de las estrellas centelleaba en las ramas de los árboles cubiertos de nieve. Esto le hizo recordar la estrella de Belem que guió a los pastores la noche en que nació Jesús e inspirado por esta imagen taló un árbol, lo llevó a su casa y lo decoró con velas, nueces y manzanas tratando de explicar así los dones que los hombres recibieron con el nacimiento de Jesucristo.
Al correr de los años, esta idea se esparció por algunas provincias de Alemania y para el siglo XVI, la gente ya empezaba a tener la costumbre de colocar un abeto en sus hogares.
Pero como estos abetos necesitaban de decoración, se comenzaron  a inventar adornos, naciendo así los  mercados de objetos de navidad en algunos pueblos de Alemania. En estos mercados, la gente compraba regalos, comida, pan de jengibre y adornos de velas para colocarlos al pie de sus árboles. Y las familias comenzaron a tener la costumbre de reunirse en torno al árbol de navidad, como empezó a llamarse. Fue entonces cuando el 24 de Diciembre, fecha del natalicio de Jesucristo, se empezó otra tradición: llevar a los niños de paseo o de día de campo, para que los adultos pudieran colocar y decorar con dulces y juguetes el árbol. Así a su regreso, los niños eran sorprendidos con el árbol y sus regalos, dando inicio la celebración de la fiesta de navidad.
  En Inglaterra el árbol de navidad llegó hacia 1846 gracias al matrimonio del Príncipe Alberto (alemán de nacimiento) con la Reina Victoria. Debido a que el árbol de navidad ya era una costumbre arraigada en Alemania, el Príncipe Alberto decidió pasar sus navidades como lo hacía en su país. Por ello, pidió que se colocara un inmenso árbol de navidad en el castillo de Windsor y fue tal su aceptación que pronto se propagó a la clase media y luego a las clases trabajadoras. 
  En esa época inició otra costumbre: que las mujeres realizaran las decoraciones navideñas en sus casas, siendo algunas de ellas: ángeles, pequeñas bolsas que contenían regalos secretos, canastas con almendras azucaradas y velas.
  Después de la muerte de la Reina Victoria, el pueblo se puso de luto y se dejaron de poner los árboles en las casas por un tiempo, pero prontamente se recuperó esta tradición e Inglaterra volvió a iluminar sus hogares con los árboles de navidad.

ÁRBOLES DE NAVIDAD EN LOS SIGLOS XIX Y XX
Debido a la cada vez mayor tala de árboles, se empezaron a inventar los árboles de navidad artificiales. Comenzaron a ser importados de Alemania a América alrededor de 1880 a través de tiendas como FW Woolworth. Fueron seguidos por patentes de luz eléctrica y ganchos de metal para colgar las decoraciones.
  Estos primeros árboles eran pequeños, pero a finales del siglo 19, comenzaron a  fabricarse árboles cada vez más grandes. Esto marcó un hito en la sociedad, convirtiéndose en un símbolo de estatus: mientras más grande era el árbol, más opulenta era la familia. Y con respecto a los adornos ¡ni se diga! Fue la época en la que se sobrecargaban los árboles con todo tipo de decoraciones.
  En ese entonces el mercado de árboles y adornos de navidad empezaba a expandirse por toda América y Europa, pero durante la primera guerra mundial, los árboles de navidad tuvieron que ser guardados en sus cajas en espera de la ansiada paz. En Inglaterra, por ejemplo, algunas familias optaron por decorar pequeños árboles y colocarlos en sus refugios, como una manera de aligerar su espera, pero al finalizar la guerra, inmensos árboles de navidad decoraron las plazas públicas y los hogares.
  A mediados de los años 60’s, las ideas modernistas acapararon el mercado de los árboles de navidad y empezaron a crearse los árboles de aluminio plateado, pero hacia los años 70’s se recobró el gusto por los árboles naturales.
  Ahora, en pleno año 2000, los materiales, tamaños y formas de los árboles de navidad son muy variados. Los fabricantes compiten por hacer adornos cada vez más llamativos y las tiendas llenan sus anaqueles con esferas, muñecos, ángeles, Santa Clauses que ríen y bailan; luces de colores con o sin música y toda una industria que crece día a día en torno a la navidad.

LOS ÁRBOLES Y SUS SIGNIFICADOS

En muchas religiones, sobretodo las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre. En mesoamérica, el árbol guarda un significado místico; inclusive consideraban el ahuehuete como árbol sagrado. Las tribus nórdicas europeas y americanas tenían árboles sagrados alrededor de los cuales se reunían para ritualmente entrar en comunión con Dios.
  Por ello, el árbol de navidad  también tiene varios significados religiosos. Ha sido utilizado como símbolo de la unión del cielo y la tierra, nos recuerda la redención y se asocia con el árbol de la vida, que lucía en medio del jardín del edén. Las esferas simbolizan los frutos del Árbol vivo que es Jesús y sus decoraciones nos recuerdan las gracias que el hombre tenía cuando vivía en el paraíso en completa amistad. Las luces que se encienden y se apagan representan la luz de Cristo, el estado paradisíaco que del amor de Cristo. Y la estrella que se coloca en la punta del árbol, representa la estrella de Belem que anuncia la redención de la humanidad.


*                                 …                                                                                       

LA VERDADERA HISTORIA DE SANTA CLAUS
LYCIA [ ANTIGUA TURQUÍA ] Siglo IV D.C.
http://www.canaltrans.com/historia/santa.html


Pareciera como si ese personaje gordo y con cara de bueno (que por estas latitudes llamamos Papá Noel) nos acompañara desde que el mundo es mundo. Sin embargo, su imagen no llega a intervenir de las fiestas navideñas sino hasta hace relativamente poco tiempo.
No cabe duda que el tipo tiene carisma; en lo que para la historia de la humanidad es apenas un siglo, la figura del buen hombre de la bolsa, ha logrado acaparar la atención de la fiesta que los católicos realizan conmemorando el nacimiento del niño Jesús. Así, prácticamente todos los niños del mundo, sueñan con una navidad nevada en la que el trineo tirado por renos sobrevuela la ciudad. No importa si en esa ciudad, el 24 de diciembre hace 45º grados a la sombra. El regordete anciano venido del polo norte hará su aparición por la chimenea (si es que la casa posee una) y depositara los regalos cerca del arbolito.

Arbolito al que también le cabría un capitulo aparte.
Pero ¿Quién fue realmente ese viejo de barba blanca y traje rojo que entra a las casas de sus devotos?

El Santa original era nativo de Lycia, un pueblo de la antigua Turquía (S. IV d. C.). Se llamada Nicolás de Bari y en realidad era un sacerdote de contextura física muy diferente a la del San Nicolás que aparece en los shopings. Era alto y delegado, sin embargo fueron conservados dos rasgos importantes de su personalidad: el amor por los niños y su gran generosidad.
Según la leyenda, en una oportunidad, Nicolás supo que uno de sus vecinos se encontraba quebrado económicamente y desesperado por no poseer la dote de su hija que estaba pronta a contraer enlace. Al enterarse de esto, Nicolás entró sigiloso en la casa del vecino y deposito tres bolsas con monedas cerca de la chimenea a modo de milagroso obsequio. La boda se celebró como el padre de la joven deseaba, y desde entonces se comenzó a popularizar la costumbre de intercambiarse regalos para la navidad.

El mercado, apoyado por astutas estrategias marketineras, hizo el resto. El aspecto que hoy posee el tan característico símbolo navideño, debió su origen al arte del caricaturista norteamericano Thomas Nast. De 1863 a 1886 el Santa Claus regordete, de mejillas coloridas, de larga barba blanca y de aspecto risueño y simpático fue el centro de atracción de la revista Harper´s Weekly y de allí salto a las vidrieras de los grandes centros comerciales.


Con orígenes que mezclan el polo norte con la antigua Turquía, la nieve con el calor y la mutación de aspectos físico, Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás o como quieran llamarle es sin duda una de las visitas más esperadas del año en todas las casas donde hay niños. Uno de los pocos personajes que entrando de sorpresa, en la noche y mediante métodos pocos convencionales, y que es igualmente bienvenido.
Cualquiera sea la historia que lo trae por nuestros hogares, lo único que realmente deseamos es que no falte en ninguna casa; sobre todo en aquellas donde los chicos empiezan a palpitar su llegada desde, al menos, un mes antes.

*                                 …                                                                                           

CÁCULOS DE LA FECHA DE NAVIDAD SEGÚN LOS EVANGELIOS


Algunos expertos han intentado calcular la fecha del nacimiento de Jesús tomando la Biblia como fuente, pues en Lucas 1:5-14 se afirma que en el momento de la concepción de Juan  el Bautista,  Zacarías su padre, sacerdote del grupo de Abdías, oficiaba en el Templo de Jerusalén y, según Lucas 1:24-36 Jesús nació aproximadamente seis meses después de Juan. 1Cronicas 24:7-19  indica que había 24 grupos de sacerdotes que servían por turnos en el templo y al grupo de Abdías le correspondía el octavo turno.
Contando los turnos desde el comienzo del año, al grupo de Abdías le correspondió servir a comienzos de junio (del 8 al 14 del tercer mes del calendario lunar hebreo). Siguiendo esta hipótesis, si los embarazos 
de Isabel y María fueron normales, Juan nació en marzo y Jesús en septiembre. Esta fecha sería compatible con la indicación de la Biblia (Lucas 2:8), según la cual la noche del nacimiento de Jesús los pastores cuidaban los rebaños al aire libre, lo cual difícilmente podría haber ocurrido en diciembre. Cualquier cálculo sobre el nacimiento de Jesús debe estar ajustado a esta fuente primaria, por lo que la fecha correcta debe estar entre septiembre y octubre, principios de Otoño. Además, debe tomarse en cuenta el censo ordenado por César al tiempo del nacimiento del Hijo de Dios, lo cual obviamente no pudo haber sido en diciembre, época de intenso frío en Jerusalén, la razón es que el pueblo judío era proclive a la rebelión y hubiera sido imprudente ordenar un censo en esa época del año.

Como los turnos eran semanales, tal y como lo confirman los manuscritos del Mar Muerto, descubiertos en Qumrán, cada grupo servía dos veces al año y nuevamente le correspondía al grupo de Abdías el turno a finales de septiembre (del 24 al 30 del octavo mes judío).10 Si se toma esta segunda fecha como punto de partida, Juan habría nacido a finales de junio y Jesús a finales de diciembre. Así, algunos de los primeros escritores cristianos (Juan Crisóstomo, 347-407) enseñaron que Zacarías recibió el mensaje acerca del nacimiento de Juan en el día del Perdón, el cual llegaba en septiembre u octubre. Por otra parte, según los historiadores, cuando el Templo fue destruido en el año 70, el grupo sacerdotal de Joyarib estaba sirviendo. Si el servicio sacerdotal no fue interrumpido desde el tiempo de Zacarías hasta la destrucción del templo, este cálculo tiene al turno de Abdías en la primera semana de octubre, por lo que algunos creen que el 6 de enero puede ser el día correcto.
En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirmo que "Nuestro Señor fue concebido el 8 de las calendas de abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la Pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día en que murió". Si fue concebido el 25 de marzo, la celebración de su nacimiento se fijaría nueve meses después, es decir, el 25 de diciembre

*CARIÑO  ANIMAL o  ENSEÑANZA?            


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*PAUSA ACTIVA                                                                      

La risa es un remedio infalible, entonces a reír, para tener el corazón completamente sano…

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